Un plato muy característico de la gastronomía mexicana es este aguachile de gambas que nos puede recordar a un ceviche peruano. Es un plato con mucha potencia de sabor, ya que mezcla de manera equilibrada el cítrico y el picante con la salinidad y suculencia de las gambas. Además, se trata de un plato muy ligero para tomar en cualquier momento, muy rápido de preparar ¡y muy versátil! Si no tienes gambas a mano puedes utilizar langostinos o incluso un pescado tipo corvina cortado en láminas. Elabora varias versiones para una cena especial a la que quieras proporcionar un toque exótico o escoge una para un bocado rápido e intenso. Te sorprenderás.
Paso 1:
Pela las gambas si están sin pelar. Si las adquieres ya peladas, ese paso que te ahorras. Una vez peladas, quítales la tripa (el cordón negro del lomo) y córtalas en trozos a lo largo. Resérvalas. Las cáscaras también las puedes reservar si tienes pensado elaborar ese mismo día una salsa americana o alguna crema de marisco.
Paso 2:
Ahora toca hacer el jugo del aguachile de gambas. Para ello, en primer lugar pela el ajo y la cebolleta. Corta la mitad de la cebolleta en una juliana lo más fina posible y resérvala. Trocea el resto.
Paso 3:
Tritura la guindilla con el zumo de lima, la cebolleta, el ajo, el zumo de tomate, la salsa de soja y el caldo de pescado. Salpimienta al gusto.
Paso 4:
Sazona las gambas al gusto y marínalas en el jugo de aguachile frío durante dos minutos aproximadamente. Esta es la manera de cocinar el pescado en una receta como este aguachile de gambas.
Presentación:
Emplata las gambas escurridas en un cuenco y vierte unas cucharadas del jugo sobrante sobre ellas. Espolvorea unas semillas de sésamo blanco por encima y corónalo todo con la cebolleta en juliana. Sirve tu aguachile de gambas con cuchara para poder aprovechar todo el plato.
Sugerencia:
Remata este delicioso y exótico plato de aguachile de gambas con el ajonjolí de DIA: crujientes y aromáticas semillas de sésamo blanco que darán un toque especial a casi cualquier receta.