Un clásico de nuestra gastronomía, un plato de marineros con el que tu paladar volará hasta la costa gallega. Una receta sencilla para un producto gourmet: las almejas.
Paso 1:
Pon las almejas a remojar en agua con un poco de sal durante 1 hora para que suelten bien la arena (si son congeladas sigue las instrucciones del paquete, aunque generalmente vienen ya listas para usar).
Paso 2:
Mientras tanto, pica la cebolla y el ajo finito y ponlos a rehogar en una olla con aceite de oliva, el laurel y una pizca de sal. Cuando estén tiernos, añade la harina y remueve hasta que se disuelva y se cocine un poco.
Cuela las almejas para retirar la tierra.
Paso 3:
Añade el vaso de vino blanco a la olla o cacerola del sofrito de cebolla y cuando esté bien caliente, incorpora las almejas y tapa. Da un meneo a la cacerola y déjala bien tapada hasta que se abran las almejas… en general, tardarán entre 2 y 5 minutos.
Apaga el fuego, añade abundante perejil picado y remueve bien.
Presentación:
Sirve las almejas inmediatamente. Preséntalas en una bonita fuente o en un plato de barro. ¿Una idea innovadora? Presenta las almejas para un aperitivo en pequeños cuenquitos individuales, y adorna con una rama de perejil.
Alternativa:
Si quieres darle un toque diferente a tus almejas, puedes añadir un poco de tomate frito (una o dos cucharadas soperas) al sofrito de cebolla.