Es el dulce más tradicional el Día de Todos los Santos... nos referimos, cómo no, a los buñuelos de viento. Se cree que el origen de los buñuelos es sarraceno, es decir, de los musulmanes que conquistaron parte de Europa en la Edad Media, y que fueron los Cruzado quienes los trajeron a España. Sea cual sea su origen... no dejes que pase el día 1 de noviembre... sin prepararlos. ¡Son deliciosos!.
Paso 1:
En primer lugar, saca la cáscara del limón. Es muy importante sacar solo la parte amarilla, que es donde se concentran los aceites esenciales y el aroma cítrico del limón, y desechar la parte blanca de la cáscara, que amarga. Lo harás muy fácilmente con la ayuda de un pelador de verduras... aunque también puedes hacerlo con un cuchillo.
Paso 2:
Tamiza la harina, es decir, pásala por un colador de trama fina o por un tamiz. El objetivo de este paso es airear la harina... lo que dará lugar a un postre mucho más esponjoso. Deja esta harina tamizada en un bol y añade la levadura. Reserva.
Paso 3:
Por otro lado, casca los huevos en un bol y bate ligeramente. Reserva.
Paso 4:
En cazo, pon la leche junto al agua, la pizca de sal y la cáscara de limón y llévalo al fuego. Sin dejar de remover.
Paso 5:
Cuando rompa a hervir, baja el fuego y agrega la harina junto con la levadura de golpe y remueve con la ayuda de una cuchara de madera o, mejor aún, una lengua de silicona, mezclándolo todo muy bien. El fuego tiene que ser suave al principio.
Paso 6:
Después, sube un poco el fuego y sigue calentando, sin parar de remover... hasta que la mezcla se separe de las paredes del cazo.
Paso 7:
Aparta del fuego y deja que se entibie un poco. Así que, pasado unos minutos, ve añadiendo poco a poco y sin parar de remover en ningún momento los huevos batidos.
Paso 8:
Una vez conseguida la masa, ya puedes freír tus buñuelos de viento. Para ello, acerca una sartén al fuego con abundante aceite de girasol. Cuando esté bien caliente, con la ayuda de una cuchara, ve cogiendo porciones de la masa y echándola al aceite. Ve por tandas, sin freir demasiados buñuelos de viento a la vez, para que ni se toquen entre ellos ni se enfríe el aceite. A medida que vayan estando doraditos, ve sacándolos a un papel absorbente.
Presentación:
Mezcla el azúcar con la canela y espolvorea con ella tus buñuelos de viento. Sírvelos cuando estén tibios. Esta es la receta básica de los buñuelos de viento... a partir de la cual, puedes elaborar buñuelos de viento de lo que más te guste: crema pastelera, nata, chocolate...
Truco:
Moja con agua el cazo en el que vas a cocer la leche, el agua y la corteza de limón. De esta forma, la leche no se agarrará ni se pegará al cazo.
Sugerencia:
No dudes en elaborar estos buñuelos de viento con leche entera marca DIA, que aportará todo el sabor que requieren... y para que el aceite de la fritura no reste protagonismo a este dulce... emplea el aceite de girasol DIA, que resulta muy suave para postres fritos.
En Demos la vuelta al día: Halloween o Todos los Santos: Guerra en la cocina
En Demos la vuelta al día: Halloween y otras terroríficas –y deliciosas- tradiciones
En Demos la vuelta al día: ¿Angeles o demonios? los alimentos más controvertidos