Caldo de gallina

Cuando hacer frio fuera, te reconforta estar en casa al calorcito y tomando un delicioso caldo de gallina. Mi madre nos lo daba cuando estábamos enfermos, pero os debo de confesar que tanto es lo que me gusta que sea uno de mis platos más recurridos en invierno, teniendo siempre preparada una buena cantidad para los momentos de más frío.

Ponemos una olla grande con abundante agua al fuego, cuando comience a hervir, añadimos la gallina bien limpia y el hueso, esperamos que vuelva a hervir y añadimos las verduras que hemos elegido.
Según va hirviendo al principio, vamos quitando la espuma que se forma en la superficie, tapamos la olla y dejamos hervir lentamente como mínimo 1 hora, salamos y añadimos el azafrán tostado que le da muy buen gusto
Colamos y ya podemos tomar el caldo de gallina bien calentito.

Consejos y trucos:
Para darle un toque diferente, podéis añadirle un chorro de vino blanco justo antes del momento de servir.
La verdad es que para hacer este caldo podéis poner las verduras que querías o que tengáis en ese momento en la nevera. Yo he usado estas porque son las que tenía por casa.
En lugar de la sal podéis poner una o dos pastillas de concentrado de pollo, que además dará un sabor más intenso a vuestro caldo.
Con la carne de la gallina, picada, limpia de piel y grasa, preparamos croquetas.