Esta coliflor gratinada, cremosa y crujiente, es una de las formas más apetitosas de consumir esta inflorescencia. El aporte calórico de la bechamel se contrarresta con la gran cantidad de agua, fibra y antioxidantes que aporta la coliflor, de modo que resulta un plato que llena el estómago pero sin resultar pesado.
Paso 1:
Retira las hojas de la coliflor, córtala por la mitad para que te resulte más manejable y separa los arbolitos con ayuda de un cuchillo.
Paso 2:
Pon una cacerola al fuego con agua abundante, un chorro de leche y un puñado de sal. Espera a que alcance el punto de ebullición y, cuando rompa a hervir, echa los trozos de coliflor. Deja cocer hasta que puedas atravesar los tallos con un cuchillo fino, aproximadamente 15 minutos. Escurre la coliflor y resérvala.
Paso 3:
Vierte la leche en un cuenco, sazónala con la nuez moscada y ponla al fuego para que se caliente.
Paso 4:
Precalienta el horno a 200°C para que esté listo cuando haya que meter la coliflor.
Paso 5:
Pela los ajos y pícalos en brunoise, es decir, en cubitos pequeños.
Paso 6:
Pela la cebolla, pártela por la mitad, apoya la parte plana en la tabla de cocinar y córtala también en brunoise lo más finamente posible.
Paso 7:
Pon una olla o sartén de paredes altas al fuego con la mantequilla y un chorrito de aceite de oliva. Cuando la mantequilla se derrita, agrega los ajos y la cebolla picados y saltéalos hasta que la cebolla se ponga transparente.
Paso 8:
Añade entonces la harina y remueve constantemente hasta que se almalgame y forme un roux, que es la base de mantequilla y harina tostadas para la bechamel. No dejes que se dore demasiado puesto que la salsa bechamel es de color blanco.
Paso 9:
Vierte muy poco a poco la leche tibia sobre el roux sin dejar de remover con unas varillas para evitar los posibles grumos. Cuanto más remuevas más fina y cremosa resultará la salsa bechamel. Deja que espese unos minutos, ponla a punto de sal y pimienta y retírala del fuego.
Paso 10:
Dispón la coliflor en una fuente adecuada para horno y cúbrela con la bechamel. Hornéala hasta que la superficie empiece a gratinarse y a dorarse. Sácala cuando alcance el punto que más te guste.
Presentación:
Sirve tu coliflor gratinada en una fuente que la ayude a conservar el calor. ¡Lista para hincarle el diente!
Sugerencia:
Si no tienes tiempo para preparar una bechamel completa para esta coliflor gratinada, recurre a los paquetes de salsa bechamel de DIA. Abrir, verter sobre los ajos, calentar un minuto y listo. Más fácil, imposible.
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