Crema de puerros fría

Hacer una buena crema de puerros, a la que también se le conoce como vichyssoise, es algo mucho más fácil de lo que nos podamos imaginar. Sólo es cuestión de pochar un poco las verduras, mezclarlas con los ingredientes líquidos y triturar. Creedme, el resultado es fantástico.
Derretimos la mantequilla en una cazuela durante unos 2 ó 3 minutos, poniendo atención de que no se nos queme. Entonces primero le echamos la cebolla rallada y, al poco rato, la parte blanca de los puerros cortada en trozos muy menudos.
En el momento en que empiece a estar ligeramente dorado, le añadimos las patatas peladas y cortadas en láminas muy finas.
Añadimos el caldo y se deja cocer todo muy despacio durante 40 minutos más o menos.
Pasado este tiempo la base para nuestra crema ya estará lista y tenemos que dejarla enfriar. La pasamos entonces por la licuadora o batidora. Cuando todo esté bien triturado, le añadimos la leche y lo volvemos a pasar todo junto por la batidora hasta que quede cremosa y suave.
Vertimos la crema de puerros fría en un recipiente adecuado para servirla. La sazonamos con sal, pimienta y si nos apeteciera con una pizca de polvo de ajo y le añadimos entonces la nata. La decoramos con las hojas de menta picaditas.

Para que los sabores de esta crema de puerro se hayan asentado mejor, lo ideal sería elaborarla con antelación, por ejemplo el día antes de servirla. Las hojas de menta picadas le aportan un frescor que la hace perfecta para cualquier época de calores.
Para preparar el caldo, que es muy fácil de hacer especialmente si es de pastillas de concentrado, para lo que sólo hay que poner agua fría y en el momento en que empieza a hervir a fuego mediano se añaden las pastillas las cuales se derriten muy fácilmente.