Empiñonadas

De entre todos los dulces típicos de la Navidad, las empiñonadas son uno de los más ricos, cómodos de comer y muy sencillos de elaborar. Si quieres lanzarte a hacer tus propios dulces navideños y no comprarlos ya hechos, esta es una buenísima manera de empezar.

Paso 1:

Si no has adquirido la almendra ya molida, pela y muele almendras crudas hasta reducirlas a un polvo de textura fina.

Paso 2:

Lava la piel del limón, frotándola cuidadosamente para retirar cualquier resto de suciedad que pudiera tener. Sécala completamente y ralla la cantidad adecuada con un rallador.

Paso 3:

Casca los huevos en una superficie diferente al recipiente en el que los vas a verter. Separa la clara de la yema y reserva esta última. Monta la clara a punto de nieve con unas varillas (si son eléctricas, ahorrarás tiempo).

Paso 4:

Echa en un bol la almendra molida, el azúcar glas, la ralladura de limón y el agua y mézclalos hasta obtener una pasta homogénea. Añade entonces la clara de huevo y amalgama toda la masa con movimientos suaves. Cuando la mezcla esté perfectamente integrada, llévala al frigorífico durante un mínimo de dos horas para poder manipularla con facilidad después.

Paso 5:

Precalienta el horno a 200°C para que, en el momento de meter la masa de las empiñonadas, se encuentre ya con la temperatura adecuada y puedas medir correctamente los tiempos.

Paso 6:

Dispón los piñones en un recipiente ancho. Saca la masa de las empiñonadas de la nevera y forma bolitas del tamaño aproximado de una nuez. Intenta que todas las bolitas tengan más o menos el mismo tamaño. A continuación, reboza las bolitas en los piñones, ejerciendo una presión muy delicada para que se peguen.

Paso 7:

Forra una bandeja de horno con papel vegetal y distribuye las bolitas por su superficie (no las pongas demasiado pegadas porque tienden a crecer un poco). Bate la yema de huevo que habías reservado y, con ayuda de una brocha de cocina, pincela la superficie de las empiñonadas para que presenten un acabado brillante. Cuando estén todas listas, mete a hornear las empiñonadas hasta que empiecen a dorarse, lo cual puede llevar cinco minutos, de modo que ¡no pierdas tu horno de vista! Cuando estén suavemente doraditas será el momento de sacar la bandeja y dejar enfriar un poco.

Presentación:

Sirve tus empiñonadas tibias o a temperatura ambiente en una fuente lo más navideña posible para engalanarlas con el espíritu de estas fiestas. Pero también puedes servirlas en un plato normal y corriente, ¡estarán igual de ricas!

Sugerencia:

Para envolver con una textura crujiente y cremosa tus empiñonadas, nada mejor que guardar unas cuantas bolsas de piñones DIA en la despensa. Así los tendrás a mano tanto para cocinar esta receta como para picar alguno suelto mientras tanto.