Prueba esta ensalada y comprobarás que berberechos, salmorejo y lechuga no son términos incompatibles. Se trata de una receta sencilla, pero muy diferente y sabrosa. Además podrás prepararla aprovechando las sobras de salmorejo de días anteriores. ¡Toda una idea para ahorrar!
Paso 1:
Lava los tomates y escáldalos. Escaldar es un tipo de cocción muy breve que en este caso se utiliza para poder pelar los tomates fácilmente. Para ello acerca una olla al fuego con abundante agua. Mientras toma temperatura haz dos incisiones sobre los tomates en forma de cruz con la ayuda de un cuchillo. Cuando el agua rompa a hervir, mete los tomates durante apenas 10 segundos, sácalos y refréscalos en agua fría. Hecho esto, podrás pelar fácilmente los tomates.
Paso 2:
Corta los tomates en trozos, mételos en un bol de la batidora junto al pan, y un chorro de aceite de oliva virgen y sal. Bátelo todo junto hasta obtener una crema fina y ligera.
Paso 3:
En un cazo pequeño reduce a caramelo el vinagre balsámico de Módena. Para ello, mezcla el vinagre con el azúcar a fuego muy lento y remueve poco a poco hasta conseguir la textura deseada.
Paso 4:
Lava las lechugas (si utilizas una bolsa de lechugas empaquetadas, no será necesario) y córtalas en juliana.
Paso 5:
Coloca un plato grande y, sobre él, coloca un nido de lechugas en el centro, y por encima añade los berberechos. Salpica con la crema de salmorejo alrededor.
Paso 6:
Utiliza el vinagre de Módena para aliñar levemente por encima la ensalada y termina con unas escamas de sal por encima de los berberechos.
Presentación:
Sirve la ensalda acompañada con medio limón o bien, con un pequeño cuenco con su zumo, para que cada cual añada unas gotas de limón al gusto sobre la ensalada.