¿Una ensalada de fresas? Sí, y además verás lo sencilla qué es de preparar y cómo quedarás en casa ante tus comensales. Un triunfo seguro. Aunque lo ideal es tomarla de postre, puedes darle un toque especial a una cena o comida sirviéndolo como un entrante o aperitivo. No dejarás indiferente a nadie y demuestra que las ensaladas pueden ser divertidas y muy sabrosas.
Paso 1:
Lava las fresas con cuidado y cariño. Quítales el pedúnculo, es decir la parte verde y corta las fresas en cuartos. Ponlas en un bol y rocíalas con el zumo de limón. Seguidamente añade el azúcar y remueve todo bien. Mételo en la nevera 15 minutos para que se integren los sabores.
Paso 2:
Pasado ese tiempo saca el bol de la nevera e incorpora el jengibre el polvo, el azafrán, la canela, el tomillo, la nuez moscada, menta, la albahaca, el romero, el zumo de naranja y unas gotitas de esencia de vainilla.
Paso 3:
Remueve todo bien para que se mezclen todos los sabores y mételo en la nevera al menos dos horas para que salgan todos los sabores.
Presentación:
Sirve la ensalada de fresas en copas de cóctel y decora con un barquillo. Una presentación sencilla y muy chic que sorprenderá a todos.
Sugerencia:
Si quieres puedes reducir la cantidad de azúcar y utilizar azúcar moreno o stevia para darle un puntito dulce pero puedes incluso no añadirlo. Cuando maceren las fresas con las especias y el zumo de naranja desprenderán fructosa de las fresas y puede ser suficiene para endulzar esta ensalada de fresas.
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