No hay aperitivo más clásico que las gambas a la gabardina
En muchos casos se considera ya entre esos platos algo viejunos que la moda ha dejado de lado para dar paso a los baos. Sin embargo, no hay bar tradicional que no ofrezca una aperitivo tan apetitoso y sencillo como las gambas a la gabardina
La cerveza hace las funciones de levadura para que la fritura de nuestras gambas sea lo más ligera y aireada posible, un buen aciete de oliva limpio y bien caliente nos garantizará que estas gambas a la gabardina consigan la textura que buscamos: muy crujientes por fuera
Paso 1: Limpiar las gambas retirando las cabezas y la cáscara, reservar
Paso 2: Preparar la masa para el rebozado: juntar la harina con la cerveza y el huevo, recitifar de sal. Si queremos añadir algún tipo de especia o algo de picante, este es el momento. Si la cerveza está fría, mucho mejor porque ayudará a que la masa salga más ligera
Paso 3: Pasar las gambas por el rebozado y freir en aceite bien caliente
Paso 4 Presentar en un bol con un poquito de cebollino picado y mojar en salsa brava o en mayonesa
Truco ahorro:
Ni se te ocurra tirar las cabezas y las peladuras de las gambas. Para esta receta no las necesitas, pero puedes aprovecharlas para hacer un buen caldo o fondo. Para ello, acerca una cacerola con un chorrito de aceite de oliva e incorpora las cabezas y las cáscaras. Tuéstalas bien y, pasados unos minutos, añade agua y un poco de sal. Deja cocer durante 30 minutos. Pasado ese tiempo, cuélalo… y ya tienes un estupendo fondo para elaborar un guiso, un arroz, una fideuá. Puedes congelarlo para más adelante.
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