Esta es una versión del gazpacho de siempre, lo que sucede es que en lugar de presentar todos los componentes de forma triturada, a algunos lo hemos hecho en parte en trocitos, haciendo que de esta forma haya dos texturas completamente diferentes. Este gazpacho Andaluz con tropezones es riquísimo y muy fresco, perfecto para cualquier día de calor.
Lo primero que hacemos es poner en el vaso de una batidora o licuadora el pan remojado en agua y después escurrido junto con un diente de ajo, media cebolla, medio pepino y un pimiento, y se añade la sal y el aceite, para batirlo todo hasta que quede una masa muy fina y ligada. Si lo hacemos así obtendremos un gazpacho más ligado y cremoso, porque al no llevar el líquido de los tomates la mezcla se hace mejor.
Una vez hemos ligado todo, añadimos el vinagre y los tomates troceados, y volvemos a batir. La mezcla que nos sale la pasamos por un chino o colador para que la mezcla nos quede más fina además de quitar todas las semillas y restos de pieles de las verduras.
Una vez que lo hemos colado, le añadimos agua si lo queremos más claro y rectificamos de sal y vinagre a gusto. Lo guardamos en la nevera hasta la hora de servir. Para que sea un gazpacho andaluz con tropezones, lo tenemos que servir con cebolla, pimiento, pepino y tomate cortados en trocitos pequeños, así como cuadraditos pequeños de pan.
Podéis convertir a este gazpacho andaluz en un plato único y completo si desmigáis en él unos pescaditos fritos como unos boquerones. EL contraste entre el crujiente del pescado y la suavidad de la sopa de gazpacho es impresionante.
Para aprovechar todo el gazpacho y no desperdiciar nada, cosa que a mí me molesta mucho, podemos echar un poco de agua fría al recipiente donde hemos batido los ingredientes para limpiarlo y así recoger los restos de mezcla que hayan podido quedar y la vertemos al chino, donde volvemos a añadir algo más de agua para perder el mínimo de la mezcla en el colador, pero eso sí, ten esto en cuenta a la hora de añadir agua después.