Kimchi

Está considerado el plato nacional de Corea. El kimchi, que no es más que col fermentada con característico sabor salado y picante. En realidad, la palabra kimchi hace referencia al proceso de sazonado y fermentación... y aunque la receta más habitual es la de col, se puede hacer kimchi con cualquier verdura.

Paso 1:

Corta la col china en trozos homogéneos. Lávala bien con agua bajo el grifo. No es necesario que la seques perfectamente... pero sí que la escurras bien.

Paso 2:

Coloca la col en un colador grande o en un escurridor de pasta y cúbrela completamente con sal. Debe quedar completamente oculta bajo la sal. Déjala sobre un cuenco o sobre el fregadero durante 3 horas como mínimo. Eso sí, cada 30 minutos, debes remover la col dando la vuelta. El objetivo de este paso es secar la col, es decir, extraer todo el agua de la verdura.

Paso 3:

Por otro lado, pon en un bol la harina de arroz y añade el pimentón picante. Añade poco a poco el agua fría, removiendo con una cuchara de palo o con una espátula de silicona. Mueve bien hasta que la harina se haya disuelto perfectamente.

Paso 4:

Por otro lado, pela el jengibre con la ayuda de un cuchillo puntilla o del envés de una cucharilla (es sencillísimo, verás que con solo frotar con la cuchara, la piel del jengibre sale sola). Pica en varios trozos. Por otro lado, pela el ajo, pártelo por la mitad para retirar el germen y pica en tres o cuatro trozos. Tritura con la ayuda de una batidora o en el mortero (si utilizas la batidora de mano, necesitarás añadir una o dos cucharadas de agua).

Paso 5:

Añade a la mezcla de harina de arroz la pasta que acabas de obtener con el ajo y el jengibre. Incorpora también la salsa de pescado, la soja y el azúcar moreno.

Paso 6:

Pela la manzana, retírale el corazón y rállala. Añade esta manzana rallada a la mezcla anterior y remueve bien para que se integren todos los ingredientes.

Paso 7:

Lava bien la col china al menos un par de veces para eliminar la sal. Escúrrela.

Paso 8:

Pela la cebolleta y pícala en juliana fina, es decir, en tiritas finas. Coloca esta juliana de cebolleta en un bol amplio e incorpora la col, que ya estará bien escurrida.

Paso 9:

Añade ahora tu mezcla de harina y el resto de ingredientes... que tendrá la consistencia de una pasta no demasiado espesa... pero tampoco muy líquida. Mezcla bien el kimchi con la ayuda de una cuchara o de una espátula, o con las manos. Pero, eso sí, ten la precaución de ponerte guantes o te arriesgas a que te escueza si tienes alguna pequeña heridita o corte.

Paso 10:

Pon esta mezcla en un tarro esterilizado dejando bastante espacio libre ente el kimchi y la tapa. Es porque durante la fermentación se producirán gases. Reserva durante uno o dos días abriendo la tapa de vez en cuando, para que se libere este gas. Después, cierra el tarro de kimchi y mete en la nevera. Conservará todo su sabor durante al menos 3 semanas... pasado este tiempo, lo podrás consumir perfectamente, aunque puede volverse más fuerte.

Presentación:

Sirve tu kimchi como aperitivo o como guarnición y, si lo deseas, puedes adornar con un poco de sésamo. El kimchi también lo podrás añadir a un sofrito o dentro de un guiso... para darle un giro de sabor de 180°.

Sugerencia:

A la hora de elaborar tu kimchi, no dudes en emplear la sal y el azúcar moreno de marca DIA, que son de la máxima calidad a un precio más que competitivo. Y si te resulta complejo encontrar en comercios especializados asiáticos la col china, no dudes en pasarte por la sección de frutas y verduras de tu tienda DIA más cercana, para hacerte con una col tradicional, con la que podrás elaborar también el kimchi.