Las manzanas asadas con mermelada tienen un sabor muy especial y, para mí, un significado también especial. Es el postre típico de cada desde que soy niñas, por eso me encanta hacerlo y comerlo.
Se lavan las manzanas con abundante agua y se les quita el corazón y las semillas. Hay que tener cuidado al hacer esto porque es importante no dañar la piel para que tengan un buen aspecto.
El hueco de la semilla se rellena con mermelada, y se colocan todas las manzanas en una fuente de horno.
Se disuelven el azúcar en la leche y el coñac, y se echa por encima de las manzanas bañando bien la piel.
Se mete la fuente con las manzanas al horno, y se dejan hasta que estén bien tostadas.
Las manzanas asadas se deben servir calentitas para que realmente estén buenas, así que es mejor darles el horneado justo antes de comerlas.