El membrillo es una de mis frutas preferidas, ya que con ella se pueden hacer riquísimas mermeladas, dulces y sobretodo este membrillo en almíbar que tan bueno está. No se puede comer crudo debido a la aspereza de si carne, pero confitado es delicioso.
Para hacerlo, lo primero que vamos a hacer es pelar los membrillos y cortarlos a gajos, se van echando al perol con el agua y el 1/2 limón. Se llevan a ebullición y entonces se añade el azúcar junto con la ramita de canela y lo tenemos que dejar hervir a fuego lento hasta que coja punto el azúcar. Nos tiene que quedar de un bonito color dorado rojizo. La jalea que desprende esta compota es una delicia.
Cuando lo tengamos hecho, lo vamos a envasar en tarros de cristal, los cuales cocemos al baño María solo durante unos 15 minutos para que de esta forma nos duren mucho tiempo. En el caso de que vayamos a consumir los membrillos en almíbar en dos o tres meses, simplemente se pone por encima del tarro un papel bañado en alcohol o coñac y se cierra el tarro fuertemente.
Prueba este membrillo con un trozo de bizcocho o encima de unas natillas, esta delicioso.