El milhojas es un postre refinado además de un gran clásico de nuestra repostería. El hojaldre crujiente combina a la perfección con la suavidad de la crema pastelera y se aligera y contrasta con el kiwi, fresco y ligeramente ácido. Un postre de altura para demostrar que eres todo un chef.
Paso 1:
Saca el hojaldre una hora antes de empezar a prepararlo del congeladore (si has optado por hojaldre congelado, si es fresco, no es necesario). Esparce un poco de harina sobre la encimera para que no se pegue la masa. Estira y aplana ligeramente la masa con un rodillo y córtalo en forma de círculos de unos 6 cm de diámetro.
Paso 2:
Cubre la bandeja del horno o una fuente con papel vegetal, pon los círculos de hojaldre, y cúbrelos con otra lámina de papel vegetal. Coloca una rejilla o una bandeja que haga peso encima, para que la masa no crezca al hornearse.
Paso 3:
Mete en el horno precalentado a 200°, y cuece durante 15 minutos. Saca tus círculos de hojaldre y espolvoréalos con abundante azúcar glas.
Paso 4:
Vuelve a meter en el horno, pero esta vez sin cubrir ni poner peso por encima y con el grill encendido al máximo, para que se funda el azúcar.
Paso 5:
Pela y corta los kiwis en rodajitas.
Paso 6:
Para montar tu milhojas, dispón una base de hojaldre, sobre ella un poco de crema pastelera (si está muy espesa, ayúdate de una manga pastelera), una rodaja de kiwi y repite hasta terminar con un hojaldre bonito y brillante.
Presentación:
Sirve tu milhojas sobre una pizarra bonita.