Mis pastas de té

Una de las cosas más ricas que hay en el mundo de la repostería son las pequeñas pastas de té, hechas con mantequilla suponen una de mis grandes pasiones. Son como pequeños bocaditos de cielo que se deshacen en tu boca según las muerdes. Perfectas para cualquier momento, y mejor aún si las haces para regalar algún amigo, ya que seguro resultará encantado con el regalo.

Lo primero que hay que hacer es batir la mantequilla junto con el azúcar hasta que este cremosa. Después se van a batir los huevos, y añadirlos a la mezcla anterior.
Una vez estén bien integrados los huevos, hay que añadir la harina y la levadura tamizadas y formar una masa suave. No hay que trabajarla demasiado.
Cuando este vamos a estirar la masa con ayuda de un rodillo hasta conseguir un grosor de más o menos 1 cm, y luego vamos a cortar las pastas con el cortapastas y las espolvorearemos con bastante azúcar por encima
Según las vamos haciendo las vamos colocando sobre una placa para horno y las llevamos a cocinar en el horno caliente a una temperatura de 170º hasta que empiecen a dorarse.
En ese momento sacamos las pastas de té del horno y las vamos guardando en una lata metálica para que se vayan enfriando y allí se conserven mejor.
Estas pastas de té están riquísimas, espero que te gusten y las hagas muy a menudo.