Un lavado de cara cítrico y refrescante para un postre tradicional: eso es esta receta de natillas de mandarina con un delicioso matiz a jengibre. Su sorprendente sabor y su originalísima presentación bastarán para encandilar a pequeños y mayores.
Paso 1:
Corta las naranjas por la mitad y quítales la pulpa con cuidado o exprímelas con un exprimidor procurando no apurar demasiado. Bébete el zumo o guárdalo para otra cosa; en esta receta lo que interesa es la cáscara. Al ser más resistente que la de las mandarinas, es lo que se va a usar para albergar las natillas de mandarina a modo de original cuenco vegetal.
Paso 2:
Lava muy bien las mandarinas, frotando la corteza con un cepillo suave para eliminar cualquier posible resto de cera. Ralla la cáscara y reserva la ralladura. Córtalas por la mitad y exprime el zumo.
Paso 3:
Casca los huevos en una superficie diferente al recipiente en el que los vas a verter y separa las yemas de las claras. El método más práctico es dejar resbalar el huevo entre los dedos de la mano entreabiertos: sostendrán la yema mientras la clara se deslizará hacia abajo. Pon las yemas en un recipiente, agrega el azúcar y bate enérgicamente con unas varillas de mano hasta obtener una mezcla espumosa de color claro.
Paso 4:
Pon en un recipiente al baño maría el zumo y la ralladura de las mandarinas, la leche (reservando un poco en un vaso para disolver posteriormente la maicena), los huevos con azúcar, la maicena y el jengibre molido. Cuece las natillas de mandarina hasta que espesen sin parar de remover para que la yema de huevo no cuaje con el calor.
Paso 5:
Cuando las natillas de mandarina tengan la consistencia deseada, viértelas sobre las cortezas vacías y limpias de la naranja y llévalas a la nevera. En cuanto se enfríen estarán listas para tomar.
Presentación:
Sirve tus natillas de mandarina frías en su cuenco de naranja. Decóralas con uvas pasas o espolvoreando un poco de azúcar por encima y quemándola ligeramente con el soplete para darle un toque crujiente.
Sugerencia:
Aporta la nota especiada y exótica que necesitan tus natillas de mandarina con el jengibre molido de DIA. Si no te gusta puedes prescindir de él perfectamente, pero merece la pena probarlo.