Panna cotta de parmesano

Esta receta de panna cotta de parmesano y mermelada de tomate resulta de lo más rica. Es un plato delicioso para servirlo como aperitivo, además si lo haces en recipientes transparentes, no solo será espectacular su sabor si no también su presentación. El queso parmesano va muy bien con el dulzor de la mermelada de tomate. Os lo aconsejo.
Ponemos la nata en un cazo, la leche y el queso parmesano. Llevamos al fuego y mezclamos con ayuda de unas varillas hasta que el queso se integre bien. Dejamos que levante hervor.
Al momento de que empiece a hervir, apartamos del fuego y añadimos la lámina de gelatina que previamente habremos puesto a remojo en agua muy fría. Mezclamos bien para que se integre la gelatina y salpimentamos ligeramente.
Pasamos la mezcla resultante por un colador por si hubiera algún grumo indeseado y la vertemos en los vasitos de chupito que hayamos escogido. Sobe la mezcla de queso echamos una buena cantidad de mermelada de tomate. Haciendo esto cuando la panna cotta aún no está cuajada conseguimos que parte de esa mermelada se introduzca en la crema de parmesano.
Lo dejamos reposar un mínimo de 3 horas en el frigorífico para que cuaje perfectamente la panna cotta. Si lo hacemos con un día de antelación tampoco pasa nada y nos aseguramos de que este bien cuajada.
Como mejor vamos a disfrutar de esta panna cotta de parmesano y mermelada de tomate es cuando está bien fría, asique sácala de la nevera justo antes de servir