Pollo frito empanado picante

El pollo frito empanado picante es un plato que en mi casa se suele comer bastante a menudo porque a todos nos encanta. Si ya de por sí el empanado hace que cualquier alimento este delicioso, el toque picante que tiene este plato hace que sea fantástico.

Hay que empezar poniendo al fuego la sartén con abundante aceite de oliva y la cayena, dejando que se caliente. En el momento en que lo haga, se apaga el fuego y se deja que el aceite infusione con la cayena al menos durante una media hora.
Por otro lado se hace la salsa bechamel. Se pone en un sartén un chorro de aceite, o mantequilla si se prefiere, y se sofríe la harina, dándolo vueltas con una cuchara de madera. Cuando la harina se empiece a tostar, se va echando poco a poco la leche caliente, siempre dando vueltas constantemente, hasta crear una crema espesa. Lo dejamos al fuego durante unos 20 minutos a fuego lento. Salpimentamos.
Cogemos las pechugas de pollo y las salpimentamos. Las bañamos con la salsa bechamel y las dejamos reposando hasta que esta se enfríe y solidifique.
Con todo hecho, pasamos a freír las pechugas de pollo.
Ponemos al fuego la sartén con el aceite a la cayena, habiendo retirado esta última de la sartén.
Pasamos por huevo las pechugas con la bechamel, y después por una mezcla hecha con pan rallado y orégano.
Con el aceite bien caliente, freímos las pechugas hasta que estén doraditas de forma uniforme por todos los lados.
Según las vamos haciendo las vamos dejando sobre papel absorbente para quitarlas el exceso de grasa.
Podemos servir nuestras pechugas de pollo frito empanado picante con un poco de pasta, haciendo con ello una comida muy completa que nos cargará de energía.