Los puerros horneados vienen muy bien cuando se quiere hacer una cena más bien ligerita, algo que no lleve mucha complicación y que alimente. Yo siempre intento hacer muchas recetas de este estilo porque, al final, es lo más práctico en el día a día se te quieres alimentar bien.
Primero hay que calentar el horno a 180° para así tenerlo preparado.
Los puerros se deben cocer en una cacerola con agua hirviendo y un poco de sal al gusto hasta que estén tiernos. Además, hay que agregar a la cacerola el jugo de limón para que cojan el gusto.
Pasados unos 15 minutos, se escurren los puerros y se colocan en una fuente. Por encima de ellos se echa la crema de leche y se espolvorea con la nuez moscada y el queso rallado. Se hornean los puerros durante 20 minutos a 180º y se sirven bien calentitos.