El origen de este guiso que ya se come por toda España está en Córdoba. Tradicionalmente, se preparaba con los rabos de toros bravos procedentes de las plazas de toros, aunque hoy en día se prepara con rabo de vaca. Sea como sea, éste es uno de esos guisos gustosos, que están más ricos al día siguiente de su preparación, y que te hará levitar. Cocina tradicional por los cuatro costados.
Paso 1:
Pela la cebolla, las zanahorias y los ajos. La cebolla y el ajo pícalos finitos, y la zanahoria en trozos un poco más grandes, ya sea en dados o en láminas.
Paso 2:
Enharina el rabo de toro ligeramente –una vez que lo hayas pasado por la harina, dale ligeros golpecitos con la mano para retirar el exceso- y en una olla o cacerola de buen tamaño (puede ser una olla express), dora el rabo de toro en un chorrito de aceite de oliva a fuego medio/fuerte por todos sus lados. Si no cabe todo el rabo de toro a la vez en la olla bien extendido, hazlo en varias tandas. Ve retirando el rabo a medida que esté dorado. Resérvalo.
Paso 3:
En ese mismo aceite (si la olla se ha quedado muy seca, puedes añadir un poco más), dora la cebolla, el ajo y la zanahoria durante 7 minutos a fuego suave. Añade un poco de sal.
Paso 4:
Cuando las verduras ya estén blanditas, añade las especias: los granos de pimienta, el laurel y el comino molido. Sube el fuego y añade el rabo. Moja con el vino tinto.
Paso 5:
Cuando el vino se haya evaporado prácticamente todo, lo que le llevará unos 5 minutos, añade el caldo de carne. Si has optado por la olla express, éste sería el momento de cerrar la olla y, cuando alcance la presión, bajar el fuego y dejar cocer durante 45 minutos o una hora. Si por el contrario has optado por la cacerola tradicional, tendrás que utilizar más caldo y dejar cocer el guiso a fuego lento durante 3 horas aproximadamente. Sabrás que el rabo está en su punto cuando se separe perfectamente la carne del hueso.
Presentación:
Sirve el rabo de toro bien caliente, con su salsita y sus verduras… se trata de un guiso contundente que puedes acompañar con un poco de arroz blanco o de patatas fritas a cuadritos para convertirlo en un plato único delicioso. ¡Ah! y no olvides una buena cantidad de pan…. Porque no querrás dejar ni una gota de salsa.