El rassolnik (sopa rusa) es bien consistente para aguantar el frío, lógico sabiendo de donde procede. No es que donde yo viva haga un frío polar pero a mí me lo parece, así que he ido investigando que podía hacer para combatirlo y me han salido cosas como éstas.
Ponemos una cacerola en el fuego con agua y metemos el pollo limpio y troceado. Cuando empiece a hervir, quitamos la espuma que se forma y añadimos la sal y la pastilla de caldo. Lo dejamos cocerse a fuego medio durante unos 10 minutos.
Mientras, pelamos las patatas, las limpiamos y las cortamos en dados pequeños. Las añadimos a la cacerola junto al pollo y las dejamos cocer 20 minutos.
Pelamos y troceamos la cebolla y la zanahoria en trocitos muy pequeños, y las ponemos en una sartén con aceite a sofreír. Lo removemos bien y cuando ya esté pochadita la verdura, la añadimos a la cacerola junto a las especias, la hoja de laurel y el tomate frito. Lo mezclamos bien y echamos el arroz para que se vaya cociendo. Rallamos los pepinillos y los añadimos a la cacerola, y los dejamos cocer hasta que el arroz esté en su punto.
La servimos bien calentita `para que se nos caliente el cuerpo.