Prepara tus propios raviolis, y ya nunca querrás comer otros. La receta es entretenida, pero … ¡ es tan divertido meterse en harina!
Paso 1:
Haz un volcán con la harina tamizada y rellénalo con los huevos batidos y un poco de sal. Ve incorporando la harina hacia dentro y trabaja con las manos para ir incorporando toda la harina y hacer una masa homogénea. En caso de que quedara muy seca puedes añadir unas cucharadas de agua hasta lograr la consistencia adecuada.
Cuando adquiera una consistencia lisa y firme se envuelve en papel plástico y se deja reposar en la nevera al menos durante una hora. Pasado ese tiempo, deja atemperar la masa, es decir, que pierda el frío de la nevera.
Paso 2:
Estira la pasta con la máquina para pasta hasta obtener un grosor de 1½-5 mm. Pero…¡tranquilos todos! que no es imprescindible tener esta maquinita para hacer deliciosa pasta casera. Aunque es un poco más engorroso, puedes estirar la pasta con ayuda del rodillo de cocina. Tendrás que tener cuidado para que siempre haya un poco de harina sobre la superficie en la que vayas a trabajar, y dar las pasadas necesarias con el rodillo hasta obtener una capa fina.
Hay que hacer dos capas de pasta del mismo tamaño, aproximadamente 10 cm de ancho.
Paso 3:
Con una brocha, moja con agua o huevo batido los bordes de una de las láminas. Pon bolitas con el relleno dejando la suficiente separación entre ellas y, de nuevo con la brocha, las partes intermedias. Una vez hecho esto, colocar la otra lámina de pasta encima. Corta con la rueda dentada, y si no disponéis de una, con un cuchillo. En éste último caso, con un tenedor tendrás que sellar un poquito los bordes del ravioli.
Paso 4:
Cuece los raviolis en abundante agua con sal de 2 a 4 minutos y escúrrelos. Con un chorrito de aceite, evitarás que se pegue durante la cocción.
Paso 5. Para el relleno de los raviolis:
Cuece las espinacas en agua hirviendo añadiendo un poco de sal al final de la cocción. Cuando estén hechas, pasados 4 o 5 minutos, escúrrelas.
Pica finamente el ajo y dora en el aceite. Añade las espinacas y sofríe un par de minutos más. Deja enfriar.
Mezcla con el requesón y haz bolitas. El tamaño de estas bolitas dependerá del tamaño al que cortemos la pasta.
Paso 6. Para la salsa:
Pon la nata a hervir, añadiendo el queso parmesano y deja reducir hasta que tenga consistencia de salsa, a fuego suave.
Presentación:
Coloca los raviolis en un plato de presentación sopero, cúbrelos con la salsa y decora con cebollino picado.