Rollo de cordero

El rollo de cordero es un plato especial, de esos que llevan su tiempo hacerlos pero no son demasiado complicados, y cuyo resultado final bien merece la pena. En mi casa nos encanta, y es más de un domingo en que lo comemos, y del que nunca nos cansamos. Espero que os animéis a hacerlo porque os aseguro que os encantará.

Lo primero que hacemos es deshuesar la pierna de cordero. En el caso de que no seáis muy mañosos con el cuchillo, pedírselo a vuestro carnicero. Abrimos más la carne con la ayuda del cuchillo para conseguir un trozo de carne alargado y más o menos del mismo grosor.
Salpimentamos la carne y extendemos las lonchas de beicon o panceta además de las lonchas de queso. Cuando esté hecho, lo enrollamos con cuidado intentando que las carnes queden muy prietas. Lo atamos con un cordel para que no se nos deshaga mientras lo cocinamos.
Ponemos una cazuela al fuego con un poco de aceite y sellamos la carne, procurando hacerlo de forma uniforme en todos sus lados.
Cuando esté la retiramos y añadimos la cebolla y las zanahorias bien picaditas para que se sofrían. En cuanto la cebolla empiece a tomar color añadimos el puré de tomate junto con la salsa de soja, el caldo y la mostaza. Removemos bien y dejamos que se consuma la salsa. Si queremos echar alguna hierba aromática este es el momento.
Echamos ahora la pierna de cordero y dejamos que se cocine poco a poco, sin prisas.
En cuanto la carne esté hecha, la retiramos de la sartén y trituramos la salsa. Para que nos quede más fina la pasamos por un chino.
Volvemos a llevar la carne y le damos un último hervor, tras el cual nuestro rollo de cordero ya estaría cocinado.
Sírvelo costado en rodajas y con un poco de cebollino picado por encima.

También se puede hacer al horno.