Si te encanta la carne pero no le pillas el punto y se te queda más dura que una piedra…¡esta es tu receta! Un solomillo al vino que te quedará muy jugoso. Ideal para disfrutar en familia y con amigos.
Paso 1:
Pela la cebolla y el ajo y pícalos en trocitos pequeños. Lava los tomates y pícalos igual.
Paso 2:
En una olla (donde veas que el solomillo te va a entrar entero, sin que sobre mucho espacio) pon un chorrito de aceite y pon la olla a fuego suave. Mientras tanto, sala el solomillo echando sal de forma muy abundante y después pásalo por un plato con un poco de harina. Ponlo en la olla y sella a fuego medio alto por todos los lados hasta que quede bien dorado.
Paso 3:
Cuando esté listo, sácalo de la olla y añade en ella la cebolla y el ajo. Echa una pizca de sal y baja el fuego un poco. Pocha la cebolla durante 10 minutos despacio, con un poco más de aceite de oliva si ves que la olla se queda seca.
Paso 4:
Añade el tomate y sube el fuego un poco. Rehoga 5 minutos más, removiendo de vez en cuando. Vuelve a poner el solomillo en la olla, sube el fuego a tope y añade el vino removiendo suavemente. Deja evaporar hasta que casi no quede líquido, poniendo atención a que no se pegue nada.
Paso 5:
Agrega el caldo de carne, baja el fuego a la mitad y prueba a ver qué tal está de sal. Corrige si es necesario. Tapa la olla y deja cocinar a fuego muy lento durante 8-10 minutos, dando la vuelta al solomillo cuando esté a media cocción.
Paso 6:
Apaga el fuego y deja reposar tapado durante 10 minutos más. Después, saca el solomillo.
Presentación:
Corta el solomillo en medallones, de uno o dos centímetros de grosor, al gusto. Sirve 2 por persona y acompaña con la salsita del guiso. Unas buenas patatas fritas o a lo pobre serán un acompañamiento perfecto.
Sugerencia:
Una buena materia prima siempre es fundamental. Y en esta receta el caldo de carne es importante porque determinará el sabor. Prueba el de marca DÍA. ¡Verás el resultado!