Sopa de ajo navideña

Las sopas forman parte de mi recetario habitual. Me encanta comerlas muy a menudo en invierno, en verano menos porque tan calentitas no apetecen y frías no me gustan. En casi todas mis cenas hay presente una sopa caliente y reconfortante que viene estupendamente después de un día duro de trabajo, y por las mañanas al trabajo siempre llevo un termo lleno de sopita caliente. Mi preferida es la sopa de ajonavideña, que viene fenomenal. Es una sopa con un sabor delicioso, que dejará marcado un agradable recuerdo en tu paladar.

Lo primero es hacer el caldo, para lo que ponemos a cocer en una cazuela con agua y sal una carcasa de pollo. Lo dejamos hirviendo durante dos horas, tras las cuales colamos y desgrasamos el caldo. Puedes usar un caldo comprado también.
A continuación colaremos el caldo. Mientras ponemos otra cazuela al fuego con aceite de oliva (un poco, que se cubra con un fina capa) y echaremos los ajos a que se frían, cuando los ajos ya están dorado, echaremos la guindilla partida por la mitad. Se añade el vino blanco y se deja reducir.
Añadiremos el caldo de pollo o caldo de gallina y dejaremos que hierva todo junto durante tres o cuatro minutos, según el fuego.
Sacamos la guindilla y lo llevaremos todo a la batidora y lo trituraremos bien. Para asegurarnos de que queda una crema suave, la pasaremos por el chino. Lo volvemos a llevar al fuego. Salpimentamos.
Vertemos ahora la nata y le damos un hervor. Lo probamos y comprobamos si necesita que se rectifique de sal o pimienta.
Esta sopa de ajo es una receta muy tradicional y popular en épocas navideñas.

¡Buen provecho!