Sopa fría de tomate

La verdad que disfrutar de una sopa fría de tomate es más fácil de lo que podemos llegar a pensar. Sólo tienes que hacerte con los mejores productos que te puedas permitir y seguir estos sencillos pasos.
Lo primero es lavar bien los tomates. Hecho esto se pelan retirándoles bien toda la piel porque luego resulta desagradable encontrarte con ella. Los partimos en trozos medianamente grandes y se echan en el vaso de la batidora.
Por otro lado lavamos pimientos y se hacen trocitos y se vierten en el vaso de la batidor junto con los tomates.
Añadimos el aceite, vinagre y sal y batidos bien hasta que quede una crema fina.
Cuando está bien batido, si lo pasamos por el chino nos aseguramos de que no nos vamos a encontrar posibles gramitos que puedan quedar de la piel del pimiento y demás.
La metemos en el frigorífico durante unas dos horas para que este bien fría, y la sacamos en el momento servir.
Cuanto más fría esté, mas rica estará esta sopa de tomate.