Una tarta que me encanta hacer es la tarta de queso fresco con salsa de arándanos. Las tartas de queso son muy rápidas de elaborar y nos dan mucho juego a la hora de elaborarla de diferentes sabores.
Empezaremos haciendo la masa brisa para la tarta: colocaremos la harina y la mantequilla bien fría en un bol, desharemos con los dedos hasta hacer polvo, incorporaremos el azúcar y mezclaremos. Haremos un hueco en el centro y añadiremos el huevo, el agua y la sal.
Vamos a unir hasta formar una masa lisa, dar forma de bollo y llevar a la nevera durante por lo menos unas dos horas. Al cabo de ese tiempo, la vamos a retirar de la nevera y la estiraremos con el rodillo, sin hacer demasiada fuerza.
A continuación forraremos un molde desmontable para horno de unos 24 cm, pincharemos y llevaremos nuevamente a la nevera por media hora más. Encenderemos el horno, precalentándolos a 200ºC y la coceremos durante 15 minutos. Retiraremos y reservaremos.
Ahora vamos a elaborar el relleno para la tarta: Vamos a poner en un cazo la leche, el azúcar y la nata. Sin dejar de revolver cuando sienta que la mezcla se ha templado, incorporaremos las hojas de gelatina (previamente mojadas en agua fría y escurridas). Moveremos la mezcla con ganas hasta disolver completamente la gelatina.
Sacaremos del fuego y añadiremos el queso cortado en trozos pequeños, mover hasta obtener un relleno homogéneo, sin grumos.
Volcaremos el relleno sobre la base de la tarta previamente cocida y la llevaremos a la nevera hasta que tome consistencia firme, más o menos unas 4 o 5 horas.
Para hacer la salsa para la tarta de queso: vamos a diluir la mermelada de arándanos con un poquito de agua y el azúcar indicado, dejar que llegue a punto de ebullición, apagar y dejar enfriar. Bañaremos la Tarta fría con la salsa antes de servir. Se puede colocar en una salsera y llevar a la mesa, por si alguien desea agregar más.
Y ya tenemos la tarta de queso fresco con salsa de arándanos lista para comérnosla.