Tarta Tatin

Tarta Tatin o, lo que es lo mismo, una tarta de frutas al revés. Todo un clásico de la repostería francesa. Un postre que no falta en ningún recetario de los grandes clásicos. La primera tarta Tatin que se preparó en Francia, al sur de Orleans, en el hotel Tatin fue de peras, aunque luego se generalizó la utilización de manzanas y hoy se emplea cualquier fruta.

Paso 1:

Saca la masa de hojaldre del congelador una o dos horas antes de usarla para que se vaya atemperando.

Paso 2:

Pon a calentar en una sartén de teflón (es importante que sea antiadherente para evitar que se pegue o que se queme) el azúcar. Cuando se haya fundido y empiece a tomar color, añade la mantequilla y cuece hasta que esté bien derretida. Reparte este caramelo en el molde o moldes (según hayas decidido hacer una tarta grande o bien muchas tartas individuales). Ralla un poco de la piel del limón, con cuidado de no llegar hasta la parte blanca, que es muy amarga y añade el jengibre. Puedes optar por jengibre en polvo, o bien rallar un poco de jengibre fresco.

Paso 3:

Pela las peras y corta cada una de ellas en unos 10 gajos. Corta los extremos de esos gajos y resérvalos. Dispón los gajos en el molde intentando cubrir bien la superficie. La forma más bonita de colocarlas es dejando que unas se vayan montando sobre otras. Tapa los agujeritos que hayan quedado con los trocitos de pera que habías reservado.

Paso 4:

Corta la masa de hojaldre con la forma del molde y ponla encima de la peras.

Paso 5:

Mete en el horno precalentado a 200° (o 185° con ventilador) y asa durante unos 20 o 25 minutos o hasta que el hojaldre esté dorado.

Desmolda antes de que esté totalmente fría, unos 10 minutos después de haberla sacado del horno, dándole la vuelta.

Presentación:

Sirve a temperatura ambiente adornada con unas hojitas de menta. ¡Para chuparse los dedos!

¿Una tarta al revés?

Es la principal característica de esta tarta típica del recetario francés: que está al revés, es decir, que para su horneado, las frutas se ponen debajo, y la masa por encima. Fue creada en el ‘Hotel Tatin’, al sur de Orleans,  a finales del siglo XIX por una de las dos hermanas que regentaban este hotelito: Stéphanie Tatin. Las historias acerca del origen de esta tarta son muchas, aunque la más extendida es que su origen es accidental. Lo que ya no está tan claro es si el accidente se produjo porque a Stephanie se le pasó de cocción la fruta y para que no se viera mucho puso la masa encima. Otra teoría apunta que montó su tarta sin darse cuenta de que se había olvidado de poner debajo la masa… y por eso decidió probar a ponerla encima antes de tener que desmontar toda la preparación. También existe la teoría de que, a falta de horno, decidió invertir la tarta para poder cocinarla al fuego tradicional. Sea como sea, su idea tuvo un gran éxito y aceptación y se extendió rápidamente por toda Francia hasta convertirse en clásico de la repostería gala.